Cuántas veces te has preguntado a qué dedicarte o hacia dónde dirigir tus siguientes pasos profesionales. Este es un tema recurrente en la última etapa formativa y a lo largo de nuestra vida profesional cuando surge la necesidad de replantearnos la profesión que estamos desempeñando. Tu proyecto profesional debe estar alineado con tus expectativas de vida y a lo largo del post bailaré entre el proyecto profesional y el vital, ya que se interrelacionan. A continuación nombraré los aspectos que considero puedes valorar para elegir una profesión.
1. La profesión en sí misma
La profesión que escogemos debe proporcionarnos los elementos necesarios para que tenga coherencia con nuestro proyecto vital. Y esto mismo te obliga a pensar en aspectos que desarrollo en los puntos posteriores. En este en concreto, describiré los factores que hacen referencia directamente a la profesión, es decir, poniendo foco en esta.
- Analiza qué conocimientos requiere la profesión por la que estás mostrando interés. Conocimientos formales, informales y no formales. Aquí entran tus aptitudes también.
- Busca qué tareas son las más relevantes que se desarrollan en ese trabajo.
¿Cómo?
Hay muchas páginas que analizan las necesidades formativas de las profesiones y que hacen análisis de las competencias necesarias para desarrollar una ocupación concreta. Por ejemplo, en «todofp-orientación profesional» me gusta mucho por su formato intuitivo y accesible, y analiza las competencias por ocupaciones («elige tu ocupación»). En la web del SEPE destaco, como herramienta de apoyo, el análisis que hace de los certificados de profesionalidad, que me resulta bastante práctico en la clasificación de sectores profesionales y competencias requeridas para la formación en cuestión, y te informa de los requerimientos que tendrá esa ocupación (que también detalla).
Si has hecho un trabajo previo de autoconocimiento como te explico en el post anterior, ya puedes pensar en términos de habilidades. Y este paso es fundamental para que las cotejes y ajustes a la información que has encontrado sobre las profesiones por las que has mostrado interés. En este encaje de bolillos entran también las variables talento y gusto. Ahora sí es importante pensar en para qué sirve tu talento.

- Conocer las condiciones habituales de esa profesión. Horarios, tipos de contrataciones (por proyectos, fijo-discontinuo, por temporadas, etc.), sueldo, ubicación, demanda laboral. Un modo de averiguar esto es realizar un sondeo en cualquier buscador a través de las páginas web de empleo. Además, en el SEPE tienes información sobre los perfiles de las ofertas y análisis del mercado por ocupaciones, concretamente en el observatorio de empleo.
- Valorar profesiones en las que se realicen tareas similares a las que tienes interés. De este modo amplias posibilidades.
Cuando hagas este análisis sobre las profesiones, de ti ya tienes que saber:
- Cuál es tu vocación. Con el trabajo previo de autoconocimiento que conlleva. Tendrás que decidir si esta va a ser un requisito indispensable a la hora de escoger tu profesión, o solo una faceta de ella.
- Cómo te imaginas en el futuro. Expectativas. Tendrás que ver cómo encajan las condiciones de esa profesión en tu proyecto de vida.
- Qué necesidades tienes. Es decir, si tu trabajo responderá a la parte de tus necesidades que deseas que cubra. En la condición permanente de insatisfacción en la que vive el ser humano, decir todas las necesidades, me parece una utopía. Aunque gracias a esto estamos en permanente movimiento.
- Cuánto tiempo vas a invertir en tu preparación para alcanzar tu meta profesional. Esto te lleva a la pregunta “en cuánto tiempo quieres conseguirlo”. Este punto te ayudará a pasar a la acción.
- Qué estás dispuesto/a a hacer para conseguirlo. Nivel de motivación (muy vinculado a las necesidades que tengas y a las expectativas).
- Cuánto dinero tienes para invertir en la preparación no lo pongo como un hándicap ya que la posibilidad de trabajar mientras persigues tu sueño es una opción factible que hemos hecho muchos. Aunque, sin duda, es una variable a contemplar para tomar decisiones y planificar tu meta.
2. Expectativas
¿Qué esperas conseguir? Ésta tiene que ver con el combustible que te mueve, con cómo te imaginas en el futuro, con tus valores, con lo que has aprendido hasta ahora de ti y has experimentado. Tu expectativa será lo que te empuje cuando vayas encontrando dificultades ya que tiene el capricho de fluctuar cuando recorres un camino largo, y la mejor vacuna contra esto es tener muy claro qué quieres conseguir y confiar en ti. Lo que esperas de ti en la vida no es lo mismo que lo que esperas de la vida para ti. En la primera eres la parte protagonista, activa y con poder, y la otra muestra una posición más pasiva y por lo tanto sin poder de cambio. La expectativa tiene como característica la incertidumbre y solo puede haber certeza a medida que vas obteniendo resultados. Aunque parece obvio, no es la primera vez que escucho como respuesta a las expectativas “no lo sé, no sé lo que va a pasar”. Esta particularidad de incertidumbre conlleva posibles interferencias; como los miedos que pueden generar no tener certezas. O bien, puede haber expectativas sobrevaloradas o infravaloradas, debido a una autopercepción y percepción del entorno poco real. En el caso concreto del ámbito profesional, las expectativas deben atender y responder al mundo exterior, para que haya resultados, es decir, deben de responder a la realidad objetivable; si para ser piloto de aviación no puedo tener daltonismo, no hay más. Otro tema es que decida emprender acciones y promover posibles adaptaciones en la interpretación de datos de navegación y favorecer un diseño de accesibilidad universal. Pero no es el tema que nos trae.
En algunas ocasiones uno cree desear algo y cuando lo ha conseguido darse cuenta que no responde a sus expectativas. Esto no es un fracaso, es un aprendizaje que te seguirá guiando en tus siguientes decisiones, y es lo que va contribuyendo a nuestra identidad. También puede ocurrir simplemente, que al ir sumando experiencias vayamos cambiando de necesidades, de pasiones y habilidades, y por lo tanto reajustemos expectativas.
3. Necesidades
¿Qué necesitas para tu proyecto vital? Podría decirse que todas las personas tenemos las “mismas” necesidades. Puedes utilizar como guía en tu análisis de necesidades la pirámide de Maslow, pero te advierto que en realidad requiere de un profundo análisis centrado en la individualidad. El trabajo difícil consiste en averiguar qué es para mi estar alimentada, por ejemplo, ya que dentro de esta necesidad básica que todos compartimos, hay un amplio espectro de variedades que repercuten y suponen diferencias en escalas superiores de necesidad. Te recomiendo que para conocer mejor tus necesidades vayas de lo concreto a lo abstracto, y en base a ese proyecto vital elaborar una lista de necesidades concretas.
4. Vocación
Hay un post dedicado en exclusiva a la vocación, así que no me extenderé mucho más. En este hago hincapié en que para pensar en vocación te olvides de las profesiones, o en todo caso que te apoyes en ellas como un método de exploración, sin más. Ahora se trata de que observes si el mundo necesita de lo que tú haces por vocación, y en ese caso ya tienes una profesión. Ya puedes pensar en para qué sirve lo que te gusta y se te da bien. También puedes escoger algunas de las facetas de tu vocación y encontrar un trabajo en el que se precise esa cualidad. Por ejemplo, si te apasiona relacionarte y tienes habilidades para ello, hay muchos sectores profesionales en los que es un requisito; puntos informativos, atender personas con necesidades, atención cliente en comercio…etc. En cada profesión utilizas esa habilidad de forma distinta, de ti depende saber cómo te gustaría hacerlo.
La profesión como una parte más
Me parece interesante representar la profesión dentro de un conjunto, y solo de ese modo podrá ocupar un lugar como una pieza más de un puzzle completo, que en realidad somos nosotros. De modo que se pueda ver como una parte en relación con lo demás. Todo contribuye en tu proyecto de vida.
Te invito a que busques la armonía y coherencia al construir tu proyecto profesional, alineado con tu identidad y tu proyecto vital.
Inventar nuevas profesiones
No puedo cerrar el post sin hacer mención a nuevos horizontes. Todo está en permanente movimiento y siempre se están generando nuevas necesidades. Está en ti descubrirlas, o generarlas. Partir de lo que ya existe y orientar tus esfuerzos en averiguar dónde encajas mejor es una opción tan válida como cualquier otra. De hecho puedes cubrir nuevas necesidades, inventar y diseñar dentro del marco de una profesión que ya tiene su lugar. Pero además te invito a que te salgas de los marcos profesionales que ya existen y que puedas pensar que nuevo valor vas a añadir.
Me ha parecido sencillo, conciso, instructivo y completo.